viernes, 2 de mayo de 2008

Editorial

¿Es esto lo que queremos?

Esta escena sería fabulosa en un contexto un tanto diferente. Claro, así seguramente debería ser la relación entre un intendente y el gobernador. ¿Qué hacen? ¿Inauguran una escuela, un centro cultural, un hospital, una fábrica, un centro asistencial? No. Ambos funcionarios festejan la apertura en Avellaneda de un local de la tienda chilena Falabella.

Es cierto, no le miento. Sino fíjese en los diarios de Internet: (http://www.inforegion.com.ar/vernota.php?tipo=N&dis=1&sec=2&idPub=68929&id=153037). “Este emprendimiento generó 400 puestos de trabajo, de los cuales mas del 90 por ciento son para jóvenes de nuestra ciudad” dijo Cacho Álvarez.
Usted recordará que hace unos meses, en la campaña electoral todos los aspirantes a intendente nos proponían un cambio. ¿Dónde está? Aquellos que peinan canas nos podrán contar de cómo era Avellaneda antes de los 90. o lo mas pequeñines podemos ir a los libros. Y por si alguien me acusara de no creer en el progreso, podría recusar que si progresar significa ganar 1.200 pesos en un local del Alto Avellaneda, trabajar de vigilador privado por 900 (sí, 900 al mes), en un Coto Carrefour o un Falabella, seguramente no sería muy loca la utópica idea de recuperar la ciudad dedicada a la industria.
El conurbano ya sabe lo que pasó con la instalación de estos paseos de compra. ¿Qué les pasó a los almaceneros cuando irresponsablemente habilitaron dentro de los cascos urbanos los shoppings y grandes centros comerciales en la ciudad? Se fundieron. ¿Van a trabajar los hijos de los funcionarios en este Falabella? Donde están los revolucionarios dirigentes que meses atrás se oponían a que el intendente reanimara cualquier vestigio de “los 90” porque no querían “volver al pasado”. Es raro no? Pero sí. El intendente y el gobernador estuvieron juntos nuevamente esta semana e inauguraron un local comercial de capitales extranjeros privados.
Por un lado critican a los 90. Pero fueron funcionarios de Menem. Lo admiraron, lo veneraron. Lo apoyaron y lo votaron. Hoy su discurso es uno, pero cuando analizamos la gestión vemos que no se alejaron mucho de la época de la pizza con champagne.
Al comenzar el acto, Juan Benavides Feliú, gerente comercial del holding y Augusto Coello, gerente general de Falabella Argentina agradeció al intendente por crear las “herramientas y el marco propicio que contribuyeron para la apertura de la nueva tienda”.
¿Cuáles eran esas herramientas y cual será el “marco propicio”? ¿Será algún tipo de beneficio impositivo justo cuando las tasas municipales de los vecinos aumentaron un 100 por ciento con el cómplice silencio de una oposición que se opone para las fotos?
En el marco de una Avellaneda insegura, donde en una semana desde el Docke apedrearon a una nena, en Quilmes secuestran a un juez y lo largan en corina, donde aparece un cadáver con disparos de arma de fuego en Wilde, y donde nadie sabe quienes fueron los que robaron pelota de trapo, entre tantos delitos de los que no nos enteramos. En el marco de una Avellaneda con serios problemas de contaminación. En el marco de una Avellaneda con grandes problemas de exclusión social. Con zonas de máxima pobreza. Con casos de desnutrición infantil que ya nadie sigue porque no están en campaña o no conviene políticamente, o en el marco de un sistema de salud cuestionado. Con estas realidades presentes y candentes, es que presentaron un mega proyecto de urbanización de la rivera (un puerto madero del sur), sospechado de perseguir fines inmobiliarios, y festejaron la apertura de un local de Falabella en la ciudad, entre otras actividades como subsidios a alguna institución, acuerdos con FADI, inauguraciones, etc.
“Junto al Intendente estamos llevando a cabo numerosas obras, que tienen como objetivo lograr una mayor inclusión social, mejorando así la calidad de vida de los vecinos”, dijo Scioli. De todas maneras cuesta entender que rol puede tener Falabella dentro de la inclusión social. Tanto como el rol que pueden cumplir estos funcionarios. Ahora bien. ¿Quién es Falabella? Seguramente estemos de acuerdo si pensamos que esta empresa de capitales chilenos no llegó a Avellaneda con el único fin de contribuir no se de que manera con la “inclusión social” ni mucho menos de crear puestos de trabajo a los jóvenes “que se acercan a la empresa gracias a nuestra bolsa de trabajo”.
Falabella anunció la apertura de diez locales más previsto para este año. Quiere posicionarse antes de la llegada de su competidora en chile, la cadena “paris”. Vea que dijo el diario La Nación al respecto (http://www.lanacion.com.ar/economia/nota.asp?nota_id=1008307). El mercado Argentino sigue abierto. Por un lado el discurso oficial habla del recupero de la industria nacional, del producto nacional. Pero en la práctica, con un cómplice silencio generalizado por parte de los que compran, los que son comprados, y los que se ponen en oferta, sigue utilizándose la administración pública con fines que muchas veces no persiguen el objetivo de alcanzar el bien de la sociedad en su conjunto.
¿La culpa es del chancho o del que le da de comer?

Carlos Gaspari
carlosgaspari2005@yahoo.com.ar

2 comentarios:

Anónimo dijo...

impresentables. no se si es lo que queremos. lo que si se es lo que yo no kierro. seguramente debe haber muchos tdavia que kieren que esto siga. que verguenza!!!!!

Tiempo de Nuevas Historias dijo...

gustavo, gracias por tu comentario. un abrazo graNDE.